Espacio dedicado al seguimiento de los principales equipos sevillanos que militan en Primera División, tanto del Sevilla Fútbol Club como del Real Betis Balompié
El Getafe no puede definirse con certeza tras disputarse las 13 primeras jornadas de Liga. Un equipo de calidad, de mucha calidad, que no terminade engrasar la máquina. Los madrileños apostaron fuerte por el laureado Luís García y confeccionaron un equipo lleno de jugadores trabajadores que seguro iban a dar resultado, después de las salidas de grandes baluartes azulones como Dani Parejo, Manu del Moral o el suramericano Albín. Los Barreda, Miku, Diego Castro y Dani Güiza ya formaban una buena línea atacante a la que, para poner la guinda, se le sumó a última hora el madridista Pedro León. Además de las numerosas llegadas para la parcela ofensiva, Medi Lacen y Moyá también aterrizaron en la capital de España para defender tanto la medular como la portería del Geta. Un arranque nefasto, con varias derrotas consecutivas y el equipo en puestos de descenso hizo temblar a la grada azulona. Sin embargo, el Betis les sirvió de sparring para desquitarse y comenzar la temporada, tarde, pero comenzarla. El Getafe fue ganando enteros y su juego, vistoso y dinámico, comenzó a traducirse en victorias. Quizás la debilidad defensiva fue uno de los puntos clave que el técnico Luis García ha sabido erradicar. Tanto es así que, sin ir más lejos, el todopoderoso Fútbol Club Barcelona fue la última víctima de este renovado Getafe. Seguridad atrás, cerrojo en el centro del campo y movilidad arriba, las armas están preparadas,esperemos que en el Sánchez Pizjuán esas armas se atasquen como al principio y el Sevilla siga sumando de 3 en 3.
Osasuna, rival de esos que no levantan mucho la voz pero que siempre te pegan un zarpazo cuando menos te lo esperas. Mendilibar ha conseguido diseñar un equipo robusto, fuerte en defensa y con buena llegada arriba. La incorporación del ex del Tenerife Nino para sustituir la sensible baja del rifle Pandiani, le está dando aire fresco a la delantera, que ha obtenido mayor movilidad. La explosión de Cejudo y las llegadas desde atrás de los dos futbolistas más en forma de los rojillos, Nekounam y Raúl García, han creado más de un dolor de cabeza a los entrenadores rivales. El Osasuna viene de ganar en Cornellá, campo siempre complicado, y está demostrando una gran solvencia en casa. El Reyno de Navarra es posiblemente una de las mayores calderas de la Liga española. Las gradas tan pegadas y la presión que ejercen los rojillos convierten a al antiguo Sadar en una auténtica olla a presión. Difícil examen para un Pepe Mel en la cuerda floja, que tiene que ganar a toda costa para salvar su puesto como técnico verdiblanco alguna jornada más.
El Cajasol sufrió el pasado domingo la primera derrota de la temporada en casa ante uno de sus bestias negras de la Liga Endesa, el Club Baloncesto Fuenlabrada. Desde el primer cuarto el cuadro madrileño se hizo dueño del partido y del marcador, llegando a alcanzar un +9 de distancia al descanso de los dos primeros cuartos. Carl English y Paul Davis trataban de acortar distancias pero un acertadísimo Ayón (34 puntos y 11 rebotes) y el buen hacer de sus exteriores, impedían a los de Plaza alcanzarlos en el tanteo. Tras el descanso el Fuenlabrada pareció irse del partido con un parcial de +12, pero el Caja, tirando de raza, fue haciéndose con el encuentro y consiguió, a falta de cuatro minutos para el final, empatar el partido. Bogdanovic consiguió poner al equipo en ventaja (85-83) justo antes de que Paul Davis realizara su quinta falta y tuviera que abandonar el terreno de juego. El estadounidense, una vez más el mejor jugador del Caja, terminó el partido con 27 puntos, 6 rebotes y un 34 de valoración. El partido llegó a la prórroga y el Fuenlabrada aprovechó los errores en tiros de dos de Urtasun y Bogdanovic y terminó llevándose el partido.
El Cajasol ocupa de esta forma la séptima plaza de la Liga con 5 victorias y 4 derrotas, al igual, casualmente, que el Fuenlabrada, y conserva sus aspiraciones intactas para jugar la Copa del Rey.
Joan Plaza debe hacer más hincapié en la defensa (más débil en este partido) y seguir motivando a sus jugadores para afrontar uno de los partidos importantes y duros de la temporada, jugar a domicilio contra el Jouventut, que no ha arrancado bien la temporada (decimocuarto en la tabla y tan solo tres victorias en su haber) y seguro que encara el encuentro con la obligación y la exigencia de ganar.
Cajasol Banca Cívica (19+27+24+25+2): Calloway (8), Tepic (2), Urtasun (12), Rubio (4) y Davis (27) Triguero (2), Satoransky (17), Bogdanovic (10), English (6) y Jasen (9).
Fuenlabrada (26+29+22+18+4): Laviña (12), Colom (12), Mainoldi (10), Penney (9) y Ayón (34), Sene (10), Cortaberría (6), Barton (4), Sergio Sánchez (-) y Vega (2).
El Sevilla acudía a la Romareda inmerso en una niebla de resultados que sembraban semillas de duda dentro del vestuario sevillista por una mala planificación deportiva, el error en los cambios y en la estrategia del entrenador o una mala situación física de los jugadores. Marcelino apostó por una nueva disposición táctica con un 4-3-3, dejando a Negredo solo en la punta con la cobertura en banda de Navas y Perotti; y un centro del campo con Medel, Trocho y Rakitic. En la defensa, Fazio se emparejó con Spahic en el centro de la zaga y el argentino demostró que tiene muchas más cualidades en el eje de la defensa que jugando como pivote defensivo.
El cuadro sevillista salió al campo con ganas, fuerte en la presión, con mucho toque y dinamismo. El tiburón Negredo, que volvía a los terrenos de juego después de varias jornadas apartado por una lesión, ofreció un fútbol espectacular, con mucho movimiento entre líneas, regate y velocidad y mucho peligro en cada balón que agarraba en la frontal. Suyas fueron las dos primeras ocasiones del partido. Cerca del minuto 10, Pérez Lasa no vio un clarísimo penalty de Mateos (que no cuajó su mejor encuentro) a Koke, después de que el lateral fuera obstruído de forma descarada por el maño. Minutos más tarde, balón que recupera Negredo que sale en velocidad, se planta en el área y Mateos comete un error de bulto haciendo un tackling cuando el balón le había superado. Penalty y la oportunidad de ponerse por delante fuera de casa. Negredo fue el encargado de ejecutar un tremendo penalty, que aún habiendo acertado Roberto el disparo no fue capaz de atajarlo: al palo y con mucha potencia. El Sevilla estaba culminando sus mejores minutos de la temporada, hasta el gol. Cuando el Sevilla marcó el gol el Zaragoza empezó a apretar y los rojiblancos empezaron a atascarse en el centro del campo. Los últimos 15 minutos fueron para el cuadro de Aguirre aunque Negredo, Perotti y Navas salían con fuerza en cada balón que robaban.
La segunda parte empezó con el mismo guión que se quedó al final de la primera, los maños seguían acechando el área de Varas y el Sevilla parecía no querer rematar el partido. Un asfixiado/sobrecargado Negredo dejó el campo en el minuto 60, no sin antes meter el miedo en la casa sevillista con un mal despeje en una falta que a punto estuvo de colarse en la meta de Javi Varas, que atajó demostrando unos reflejos excepcionales. A partir del cambio del madrileño, el equipo definitivamente abandonó su patrón de juego y se dedicó a dejarse llevar a merced de un Zaragoza que lo intentaba con más corazón que inteligencia. En ningún momento pareció llegar el empate, pero en ningún momento pareció llegar el segundo. Marcelino, fiel una y otra vez a su manera de ver el fútbol, esperó y esperó para hacer los cambios y hasta el minuto 80 no dio entrada a Armenteros y Campaña (que ya podría darle más minutos al canterano). El partido acabó y el Sevilla se trajo de La Romareda los tres puntos para darle un voto de confianza y relajar los ánimos en la capital.
Los de Nervión deben centrarse en esos primeros 30 minutos en los que se practicó un fútbol de calidad y con mimbres de Europa, y el siguiente paso es alargar ese ritmo de juego en las demás fases del partido. Lo importante, tres puntos fuera de casa (primera vez en la temporada), un Negredo descomunal que vuelve a los terrenos de juego y una herida que, cuanto menos, empieza a cicatrizar.
ÁRBITRO
Pérez Lasa. Amarillas a Mateos, Paredes, Luis García, Lanzaro, Trochowski, Juárez, Armenteros. Roja directa a Juan Carlos.
FORMACIONES
Real Zaragoza: Roberto; Juárez (Barrera, m. 76), Mateos, Lanzaro, Paredes; Ponzio, Meira (Micael, m. 46); Lafita, Luis García (Ortí, m. 69), Juan Carlos; Postiga. Sevilla FC: Javi Varas; Coke, Spahic, Fazio, Fernando Navarro; Medel; Jesús Navas, Trochowski (Armenteros, m. 80), Rakitic (Campaña, m. 87), Perotti; Negredo (Manu del Moral, m. 57).
Betis y Real Sociedad salían al terreno de juego con las miras puestas en el mismo objetivo: volver a la victoria y dejar atrás una racha negativa. Ambos técnicos se la jugaban, uno, el francés, estaba prácticamente destituido a la llegada a la capital andaluza y el otro, el de casa, tenía examen final ante su afición. El Betis salió con Roque Santa Cruz arriba y Salva Sevilla volvía a la titularidad por la lesión del ecuatoriano Montero. Comenzó el partido, y con él el guión establecido en los últimos encuentros. Peso del partido para el Betis, posesión y dominio, pero poca agresividad arriba. Una vez más el canterano Pozuelo se erigió por encima del resto y cogió las riendas del encuentro. Prueba de ello fue la mejor oportunidad de los primeros 45 minutos, cuando el trianero, después de dejar sentado a un rival dentro del área, servía un pase al área chica que Rubén Castro no acierta a rematar. Hasta ese el final de la primera parte tan solo disparos lejanos y llegadas que morían en la orilla. La Real, por su parte, encaró los últimos 15 minutos con mayor desparpajo y obra de ello fue el penalty que cometió un desafortunado Casto. Jugada por banda izquierda, balón en profundidad a Griezmann que sortea al portero y este le derriba dentro del área. Penalty y amarilla. El propio Griezmann, magnífico jugador, tiró el penalty fatal y lo mandó cerca del banderín de corner. La Real avisaba pero el Betis seguía a su ritmo, pausado y sin muchas ideas.
Ambos equipos se fueron al descanso con sensaciones distintas. Los verdiblancos con la sensación de dominio pero la tensión de que a la mínima podían encajar un gol, y los donostiarras con el optimismo de que alguna les va a llegar y a ver si pueden enchufarla. Los segundos 45 minutos fueron un partido totalmente diferente. La Real tomó el centro del campo y el Betis erraba y erraba una y otra vez ante, y esto es una opinión personal, la peor plantilla de la categoría. En el minuto 10, corner sacado desde la izquierda que Agirretxe acierta a rematar. 0-1 y de nuevo pesadilla en Heliopolis. Mel trató de reaccionar rápidamente y, tras el gol, sacó del campo a Beñat para dar entrada al joven Ezequiel. El cuadro verdiblanco, en vez de reaccionar, no encajó el segundo por pura mala suerte de los vascos tan solo un minuto después. Nuevo corner sacado desde el mismo sitio, que Zurutuza prolonga solo en el primer palo y Agirretxe, sin oposición ni portero, manda al larguero ante la mirada incrédula de Carlos Vela que se encontraba a escasos centímetros del canterano. El público se impacientaba y los pitos volvieron a escucharse en el Villamarín. El Betis seguía sin funcionar y el técnico madrileño dio entrada al campo a Jonnathan Pereira por Pozuelo. En el 75, a quince minutos del final, espacio incomprensible en el centro de la zaga que Carlos Vela aprovecha para desmarcarse, balón de Agirretxe para el mejicano que encara a Casto y supera con mucha calidad. 0-2. El público se marchó en desbandada. La gente ya no creía en la remontada del Betis (y ahí están los datos, 1 gol en 7 partidos). Pero el Betis acorraló por primera vez a la Real y aunque seguía falto de ideas y sin criterio, encontró el gol a falta de 10 minutos con un excelente pase de Salva Sevilla (que pena que este jugador no sea completo) que Pereira manda a la red de forma soberbia. El público se vino arriba y empezó a apretar como en los viejos tiempos. Tanto fue así que, a falta de 5 minutos, de nuevo el menudo delantero gallego cazó el rechace de una falta sacada en la frontal y batió de nuevo a Bravo. Faltaban 5 minutos y la Real era un flan. No cazaba un balón y no sabía por donde le llegaban los béticos. Pero, como de costumbre, el Betis seguía sin encontrar el espacio, el pase, los delanteros seguían sin realizar un solo desmarque. Salva Sevilla empezó a perder balones en la frontal que aprovechaba la Real para montar la contra, que bien es cierto que nunca llegaba a buen puerto. Pero, en la última del partido, robo de nuevo en la frontal, salida a la contra y, ¡que golazo!, Iñigo Martinez encañona la pierna derecha y engancha un tremendo zapatazo desde el centro del campo que se cuela de forma magistral en la portería de un Casto que estaba fuera del área. Bien es cierto que ese balón era complicado de atraparlo aún estando en el punto de penalty, pero la posición de Casto es bastante pésima. 2-3 y los 36.000 espectadores que se dieron cita en el Villamarín se vuelven con la cara de tontos. Como los últimos dos meses.
Pepe Mel ha sido ratificado por el Consejo de Administración y ya se rumorea que, más que por la confianza en Mel, se trata de temas económicos. Y es que, según parece, saldría más barato echar al técnico cuando el Betis ocupe puestos de descenso. Una cosa esta clara, Mel no da con el equipo, no da con la estrategia y no da con la forma de motivar a sus jugadores. El equipo solo mostró ganas de ganar cuando dos goles llevaban en el saco. Antes, ni un solo arrebato de buen juego. Ahora viene el Reyno de Navarra. El siempre peligroso Osasuna de Pamplona. Escenario hostil para un equipo muerto.
ÁRBITRO
Álvarez Izquierdo. Amarilla a Casto, Beñat, Mikel, Griezmann, Iriney.
FORMACIONES
Real Betis: Casto; Chica (Jorge Molina, m. 77), Ustaritz, Dorado, Nacho; Beñat (Ezequiel, m. 58), Iriney, Salva Sevilla; Pozuelo (J. Pereira, m. 67), Santa Cruz, Rubén Castro. Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Mikel González, Íñigo Martínez, Estrada; Elustondo (Demidov, m. 71), Aranburu; Carlos Vela, Zurutuza (Pardo, m. 81), Griezmann; Agirretxe.
GOLES
0-1, m. 55: Agirretxe. 0-2, m. 75: Carlos Vela. 1-2, m. 80: Pereira. 2-2, m. 85: Pereira. 2-3, m. 91: Íñigo Martínez.
La Romareda recibe mañana a las 21:30 de la noche al Sevilla inmerso en una crisis de resultados que le han llevado a ocupar el puesto número 17. El cuadro de Aguirre lleva un punto en los últimos cinco partidos y viene de aguantar el chaparrón de juego del Fútbol Club Barcelona en el Camp Nou. Aguirre sabe que un partido como el de mañana es clave para revitalizar la fe en su equipo y una victoria le daría muchas alas para seguir al frente del conjunto maño. Lafita vuelve al once titular y se convierte en la mayor amenaza zaragocista junto con el portugués Helder Postiga y el siempre peligroso Luis García. El Zaragoza confía sus bazas en la delantera y sobre todo en la portería, con un Roberto Jiménez espectacular que no para de darle puntos a su equipo, o por lo menos, a evitar derrotas más abultadas. El defensa maño Lanzaro afirmó ayer sentirse muy motivado en la previa del encuentro y considera el partido como una final. Partido para encontrar identidades propias en la Romareda el domingo, a las 21:30.
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La Real Sociedad llega al Benito Villamarín colista de la Primera División y con un entrenador, Philippe Montanier, que no sabe como devolver al equipo a la senda de la victoria. Seis encuentros sin ganar y un bagaje ofensivo de tan solo dos goles hacen de este conjunto quizás el más asequible de la categoría. El cuadro donostiarra está atravesando por una plaga de lesiones desafortunadas y tiene ahora mismo en la enfermería a sus dos hombres más importantes sobre el terreno de juego, Xabi Prieto y el joven Illarramendi. Además, a estas dos bajas sensibles se le une la del defensa Markel, que no podrá viajar a Sevilla. Montanier sabe que una derrota en el Villamarín supondría su marcha del club vasco así que no sería extraño poder ver un equipo ofensivo para intentar marcarle un gol al Betis, que, visto lo visto, no es capaz de remontar resultados adversos. Mañana a las 12:00 de la mañana, duelo de necesidades en Heliopolis, duelo vital en la batalla del descenso.
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